Un rodaje independiente es, de por sí, toda una
experiencia, pero si además se trata del rodaje de un documental en
localizaciones extranjeras es, no cabe duda, toda una aventura. Y eso ha sido Ulises
ya no vive aquí.
En esta pequeña serie, a
modo de cuaderno de bitácora, pretendo contaros un poco del periplo que ha
supuesto el rodaje del documental.
En realidad el
proyecto deriva de otro proyecto anterior. Hace varios años realizamos una
pormenorizada investigación sobre la población latina en España. Grabamos
cientos de entrevistas y conocimos personas muy interesantes. Eran los años
2005 al 2007 y la economía española estaba en ebullición.
Pero en eso llegó la
crisis y mandó "a parar". Los miles de inmigrantes que entraban en
España se convirtieron de repente en miles que la abandonaban y que, además,
muchas veces compartían viaje con españoles que buscaban trabajo en el
extranjero.
Un cambio tan
radical y ocurrido en tan poco tiempo nos pareció todo un ejemplo de lo que
significan históricamente las corrientes migratorias: en tan sólo una década se
había producido un flujo migratorio completo de ida y vuelta. Toda una lección
para los catastrofistas que creían ver cómo se entregaba el trabajo y las
prestaciones sociales a manos extranjeras y cómo se diluía la identidad
nacional del país. Ahora la población del país disminuye y los españoles hacen
"turismo laboral" o "movilidad exterior", según palabras
del Gobierno.
Este documental, como ya he escrito en varias ocasiones, trata de
esto, de las migraciones de ida y vuelta contadas en primera persona, dando voz
a migrantes que conocemos y a los que hemos entrevistado ya en el pasado, y
descubriendo qué ha sido de ellos en estos diez años.
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