Para el viaje entre Huarmey
y Trujillo, otras seis horas de camino por la Carretera Panamericana, volvimos
a coger un autobús de Erick el Rojo, confirmando su probada fama de bucanero
terrestre. Mientras negociábamos el precio de los billetes, ya que estos están
sujetos al estado de ánimo del capitán del bus, un muchacho con garfios en
ambas manos lanzó nuestro equipaje al interior del vehículo como quién carga
las balas del cañón de popa. Acabado este trabajo y visto que nuestro equipo
era más voluminoso de lo esperado, el precio del pasaje subió unos cuantos
soles por encima de lo previamente estipulado. ¡Riesgos del contrabando
terrestre!
Trujillo, la segunda ciudad de Perú y la que más ha crecido en la
última década, resultó ser una espléndida ciudad colonial, magníficamente
conservada, confirmando con creces su fama de ciudad turística. Nos alojamos de
nuevo en el Hotel Bolívar, quizá por añorar el que conocimos en Lima, y este,
aunque era un caserón en pleno centro historio, no resultó tan magnífico y
decadente como aquel pero sí igualmente confortable.
En esta ciudad veníamos a visitar a Verónica García, una vieja
amiga. Psicóloga social y antropóloga, se encontró de repente sin trabajo y
emprendió las Américas, como tantos otros españoles a través de los siglos y en
los últimos cuatro años. La gestión de la crisis es lo que tiene, que lanza
fuera a los jóvenes talentos y deja dentro a los grandes defraudadores.
Vero trabaja en una ONG inglesa que se encarga de apoyar en los
estudios a niños de un barrio degradado de la periferia. Un trabajo
estimulante, como estimulante es también el engranaje en la ciudad y en algunos
colectivos que ha conseguido, lo que no impide sin embargo el sabor agridulce
de sentirse una emigrante forzosa. Cómo ella dice siempre "no se fue de
España, la echaron".
A través de ella conocimos de cerca una organización internacional
de emigrantes españoles "forzosos", Marea Granate, un colectivo muy
activo y reivindicativo que, organizados gracias a Internet, tienen presencia
en medio mundo, literalmente. Herederos del 15M, participan desde la lejanía en
todas las protestas, escraches y demandas contra el Gobierno español que se
organizan, tanto como promotores, como colaboradores.
Trujillo, además de una bella ciudad colonial, con su casco
histórico y su famosa plaza de armas, es un destino arqueológico de primer
orden (todo Perú es pura arqueología). Muy cerca de la ciudad se encuentra la
ciudad preincaica de Chanchan o las Huacas del Sol y de la Luna. Nosotros
visitamos estas últimas, excavaciones muy recientes (comenzaron en los años 90
del pasado siglo) de lo que fue la primitiva capital de la Cultura Mochica; una
excavación arqueológica interrumpida por falta de inversión y que consta de una
impresionante sucesión de monumentos, algunos cerrados, y de un estupendo
museo. Una visita ineludible si uno quiere entender un poco las culturas que,
una sobre otra, constituyeron la base del pueblo peruano hasta que llegó la
colonización a "civilizarlos".
Divididos entre las visitas arqueológicas y las turísticas por el
casco viejo, o por sus playas del Balneario de Huanchaco, seguimos además a
Vero por otros lugares interesantes de la ciudad, que oscilan desde el
underground Salón Dadá hasta la Casa de la Emancipación, el centro cultural que
el BBVA gestiona en un increíble palacio colonial, con escala en la exposición Trujillo
Ciudad Fantasía, un planteamiento multidisciplinar y combativo que da idea del grado de
dinamismo que está alcanzando la ciudad.
Si
quisiéramos calificar de alguna manera esta ciudad, muy diferente a la caótica
y deslumbrante Lima, o a la entrañable y tranquila Huarmey, sería de peculiar y
bulliciosa. Peculiar porque conserva la esencia de una ciudad que fue colonia
junto con la identidad milenaria del Perú, y bulliciosa porque saliendo del
casco antiguo uno se encuentra con ese tráfico densamente característico y esa
costumbre ruidosa de tocar nerviosamente el claxon sin tener necesidad. Una vez, más dejamos la ciudad con un
hasta luego y la promesa de un estreno local no tardando mucho…
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